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El proyecto
Gonvarri Industries: Orgullosos de nuestros valores

Cuando conocí por primera vez el proyecto, no pensé en la compañía, no pensé en plantas, en cifras, en crecimiento… pensé en las personas, en los 40.000 trabajadores del grupo y en sus familias, pensé en mi familia, en mis amigos.

Cuando Juan y Pablo me comentaron el proyecto Emotional Driving, tengo que reconocer que me tocó de lleno. No sólo porque la prevención de riesgos y la seguridad son un objetivo prioritario en Gonvarri Steel Services; algo a lo que llevamos ya unos años dedicando el máximo esfuerzo, para promover comportamientos seguros y lograr un entorno de trabajo saludable. Esta iniciativa quería ir más allá, llevar nuestra filosofía de prevención y seguridad fuera de las plantas, fuera de la empresa, al día a día de nuestros empleados, de todos nosotros. Y eso es lo que me entusiasmó.

Cuando conocí por primera vez el proyecto, no pensé en la compañía, no pensé en plantas, en cifras, en crecimiento… pensé en las personas, en los 40.000 trabajadores del grupo y en sus familias, pensé en mi familia, en mis amigos. Pensé que todos somos conductores y también pasajeros, y peatones, y que vivimos en un coche durante un altísimo porcentaje de nuestro día a día. ¿Cuántos minutos conducimos cada jornada? ¿Cuántas veces cogemos el coche o cruzamos la calle cada semana? ¿Cuántos kilómetros recorremos por carretera cada mes, cada año? Lo más curioso, después de la cantidad de tiempo que pasamos en la carretera, es que nunca pensamos que vamos a sufrir un accidente; eso es algo que solo les pasa a los demás, siempre les toca a ‘ellos’. Nosotros somos invulnerables. Esta inconsciencia nos ha llevado de la mano durante muchos años, y ha causado mucho dolor.

Por eso, quiero dar mis más sinceras y emocionadas gracias a la Fundación Aesleme, a Mar, Tavo, a Nuria, y al cuerpo de bomberos, a la policía, a Eulalia. Los suyos son testimonios impresionantes, que emocionan y, sobre todo, hacen reflexionar. Porque uno no puede imaginarse que algo de esto le pueda pasar a un ser querido, o a cualquier otra persona. Lo vemos siempre de lejos, y parece que a uno no le afecta… hasta que le afecta. Hace poco el marido de una amiga mía tuvo un accidente en moto con su hijo; él ha perdido la pierna, y el niño está en coma. Un accidente asociado a una imprudencia, que demuestra una vez más que no somos inmunes, que somos humanos y cometemos errores.

Porque sí te toca. Como os habrá tocado a vosotros o a algún familiar o conocido. A veces simplemente nos roza la tragedia, nos avisa (todos hemos tenido golpes tontos o accidentes sin consecuencias graves). La pregunta es: ¿cuántos avisos necesitamos para tomar conciencia?

Por eso es tan importante para nosotros este proyecto, y la labor inestimable que está realizando. De qué forma nos está ayudando a tomar conciencia. Con realidades, con testimonios que nos han abierto los ojos y la mente de par en par; con la oportunidad de experimentarlo en primera persona, de vivirlo, de sentirlo. Creo que es lo mejor del proyecto, la parte más efectiva. Y todo con un enfoque positivo, que es como hacemos las cosas aquí en Gonvarri.

En este sentido, la colaboración con Aesleme ha sido clave para que Emotional Driving funcione con absoluta efectividad a la hora de difundir este mensaje tan necesario que es la concienciación, evitar muertes, evitar daños. Y estamos especialmente orgullosos de colaborar con ellos desde hace años en nuestra labor de promoción de la seguridad en las carreteras.

Entre todos lo estamos consiguiendo. Ir tomando conciencia de esa responsabilidad que tenemos al conducir, por nosotros, por nuestras familias y por los demás, porque no conducimos solos. Y porque tampoco estamos aislados de cuanto nos rodea, en Gonvarri siempre hemos sido conscientes del lugar que ocupamos en la sociedad y es parte de nuestro espíritu cuidar, no sólo a nuestra gente, también a nuestro entorno, a las personas, a la naturaleza.

Es parte de los valores que han definido siempre a esta compañía, y que hemos heredado de nuestro fundador. Honestidad, humildad, tesón y trabajo. Nuestros valores y nuestro Código Ético y de Conducta son los pilares que guían la Responsabilidad Social Corporativa del Grupo, sobre la cual se desarrollan nuestros principios corporativos y se cimienta nuestra actividad social, nuestro compromiso permanente con la sociedad. La colaboración con la Fundación Lo Que De Verdad Importa, para promover la difusión de valores universales entre los jóvenes; el apoyo a la Fundación Juan XXIII, que fomenta la integración social y laboral de las personas con discapacidad intelectual; o la contribución al proyecto World Central Kitchen, que realiza una magnífica labor fomentando una alimentación sana y sostenible y reforzando la economía local en zonas que sufren catástrofes humanitarias, como Haití. Además de otras iniciativas solidarias que han nacido en las propias plantas, como campañas en favor del Banco de Alimentos, colaboraciones con la Cruz Roja, recogida de juguetes y ropa, donaciones de sangre…

Son quizá estos valores y principios, estas acciones en beneficio de nuestra gente y de la sociedad, lo que nos hace sentirnos más orgullosos de pertenecer a esta compañía. El saber que para nosotros, para todos nosotros, lo que de verdad importa son las personas. Esta es nuestra mejor cuenta de resultados.

Han sido años difíciles. Pero hemos conseguido hacer frente a la crisis, le hemos plantado cara y hemos navegado a través de ella. Tengo que decir con orgullo que hemos crecido en estos años de crisis; ahora somos dos empresas, GSS y GRI, y hemos pasado de tener 26 plantas en 2007 a tener 40 en 2015; en 2010 éramos 3.500 personas y este año hemos cerrado con más de 7.000 empleados. Nos tenemos que sentir muy orgullosos de ello. También hemos luchado y hemos crecido en la Corporación Gestamp, y el resultado es que en este momento Gestamp va a llegar a su planta número 100. El Grupo tiene ya 32.000 personas trabajando en 24 países.

Todos juntos rozamos ya la barrera de las 40.000 personas, en 146 plantas industriales en 26 países. Y es un orgullo pensar cómo empezó todo, con el ‘jefe’, mi padre y fundador. Estoy seguro de que él estará también orgulloso de ver, donde quiera que esté, en lo que su empresa se ha convertido.

Pero si las cifras son importantes, y es permanente motivo de satisfacción, también nos importa el medio en que vivimos; no sólo nos preocupamos de la facturación, de crecer, de ayudar a la gente en la forma en que sabemos hacerlo, que es creando puestos de trabajo y generando riqueza; también tenemos la obligación de devolver a la sociedad parte de lo que ella nos ha dado, y por ello colaboramos desde hace años con Aesleme, con la Fundacion Juan XXIII, con el World Central Kitchen o con la Fundación Lo Que De Verdad Importa. Y por eso es tan importante, y tan ‘nuestro’, este proyecto Emotional Driving.

Estoy convencido de que estas 40.000 personas son un equipo orgulloso de pertenecer a esta empresa, de llevar su escudo por todo el mundo. En este sentido, quiero reconocer especialmente la labor de Juan y Pablo con su Leading The Change y LTC-University. Somos ya muy grandes y estos medios nos ayudan a sentirnos unidos y partícipes de la misma casa y de la misma causa.

Por último, reitero mi agradecimiento a todos por este proyecto, los que lo habéis hecho posible, los que nos habéis entregado vuestras historias, vuestras experiencias para sensibilizarnos (de verdad, nos han tocado el corazón), y a todos, todos, los que habéis participado o estáis a punto de hacerlo. Gracias por ayudarnos a evitar tantas tragedias.

Gracias, sobre todo, por ayudarnos a ser mejores personas. Este es el verdadero éxito.

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