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Emotional Driving 2015-20
Conductores Motivados

¿Hay algo que nos motive más a conducir de manera segura y responsable que las reflexiones de nuestros propios hijos y familiares?

Emotional Driving aspira a concienciar a los más jóvenes en seguridad vial y, además, a convertirlos en los mejores embajadores para que motiven a sus padres a conducir de forma responsable y segura.

Los niños, además de ser los futuros conductores, también son la mejor motivación para que sus padres conduzcan de manera responsable. Dos razones de peso para tener un papel protagonista en Emotional Driving, que desarrolló una campaña específica para ellos. En un primer momento las acciones se centraron en los hijos pequeños —entre 9 y 12 años— de los empleados de Gonvarri durante el transcurso de jornadas de puertas abiertas en las plantas de la compañía. El éxito de la iniciativa nos llevó a buscar la forma de llegar al máximo de niños posibles, más allá de la familia Gonvarri. De modo que Emotional Driving unió fuerzas y compromiso con AESLEME, con el Ayuntamiento de Pozuelo y con la Fundación Real Madrid para crear diferentes campañas de formación y sensibilización dirigidas a los niños.

En poco más de dos años estos proyectos a tres bandas han llegado a más de 18.000 niños y jóvenes, que han recibido el mensaje de Emotional Driving sobre seguridad vial y responsabilidad al volante desde una perspectiva positiva y motivacional. La idea que mueve las campañas es que estos niños son la mejor conciencia, el Pepito Grillo de sus padres a la hora de recordarles esos valores básicos de seguridad que han aprendido gracias a Emotional Driving; lecciones que, además, aplicarán dentro de unos años, cuando les toque ponerse al volante de su propio coche.

Es un hecho, que hemos constatado en Emotional Driving a lo largo de estos años, que no hay mejor conductor que aquel que está motivado por sus propios hijos.

 

EDSchool: Formación y sensibilización

Emotional Driving y AESLEME apuestan por contenidos y mensajes adaptados al momento de crecimiento vital, de modo que los niños reciben una determinada formación en función de su edad. Esta educación incorpora aspectos técnicos de la seguridad vial y también apela a las emociones y la propia conciencia de los niños.

Así, a través de su programa Te Puede Pasar, AESLEME forma y educa a los jóvenes en materia de seguridad vial y les transmite, entre otros principios, que no deben cruzar nunca los semáforos cuando están en rojo, que deben advertir a sus padres que no pueden mirar el móvil mientras conducen o que nunca han de salir a la calle en bicicleta sino es en compañía de sus padres o un adulto responsable, y siempre con las protecciones y precauciones necesarias. Esta formación es impartida por personas que han sufrido accidentes de tráfico o cuya actividad profesional es socorrer y ayudar a las víctimas. Hombres y mujeres con secuelas graves que cuentan su experiencia y también cómo han seguido adelante; bomberos y policías que explican lo que sienten al asistir a una víctima de un siniestro grave. Aunque estos testimonios se adaptan a lo que puede asimilar un niño, no dejan de tener un potente impacto en los pequeños.

Para la mayoría de ellos es la primera vez que se encuentran frente a frente con la cara más oscura de la carretera, y eso tiene un fuerte impacto emocional. De pronto comprenden que ir en coche no es solo un desplazamiento normalmente divertido y en familia, sino que también implica importantes riesgos.

Una vez han asimilado estos conceptos, EDSchool les invita a reflexionar y a recapacitar. Se les entrega un folleto con información sobre el programa de seguridad vial de Gonvarri y con un post-it en blanco. Tras los impactantes testimonios tienen las emociones muy vivas y es el momento idóneo para plasmar, con sus propias palabras, qué es lo que dirían a sus padres para que conduzcan de manera segura. Todos se hacen una pregunta inevitable: ¿Qué les puede pasar a sus padres si no conducen de una manera responsable? Es importante que los niños se planteen cuestiones como esta, pero también que puedan compartirlo con sus padres.

De ahí que EDSchool haya impulsado una iniciativa para hacerles llegar la preocupación de sus hijos: el Concurso de Mensajes de Seguridad Vial EDSchool. Esta iniciativa se ha celebrado en cientos de colegios en toda la Comunidad de Madrid, y tiene como objetivo dar la palabra a los futuros conductores para que motiven a sus padres.

La acción se desarrolla en clase. Cada niño escribe su mensaje y luego se ponen en común y se decide cuál debe representar a su clase en el concurso. Hay mensajes realmente emotivos, y todos cumplen su objetivo, sin duda. Eso es lo importante. Pero, como en todo concurso, tiene que haber un ganador. El primero fue el mensaje de Pablo, alumno de 4º de Primaria en el colegio San Juan Bautista: «Mamá, papá, ya sé que esto no depende solo de nosotros, pero colaboremos, ya que vale más perder un minuto de la vida que la vida en un minuto».

Pozuelo de Alarcón: Concurso Infantil de Seguridad Vial

Otro evento importante de cara a concienciar a los niños sobre una conducción responsable es el Concurso Infantil de Seguridad Vial de Pozuelo de Alarcón, organizado por la Policía Local y con el patrocinio de Emotional Driving y AESLEME, entre otras entidades. Alumnos de 15 centros de la localidad —tanto concertados, como públicos y privados— presentaron propuestas en cuatro categorías: Dibujo, Eslogan, Maquetas y Mensajes de WhatsApp de Seguridad y Movilidad Vial. Tienen una temática común: «Tus señales emocionales para mejorar la seguridad vial». Y un objetivo: promover actitudes, hábitos y valores viales entre los alumnos de Educación Infantil y Bachillerato. La alcaldesa de Pozuelo de Alarcón, Susana Pérez Quislant, valoró muy positivamente la iniciativa. «Que tengan unas cifras tan impresionantes como una participación de cientos de alumnos y una realización de miles de trabajos y que sigan cumpliendo años, significa que nuestro compromiso con la Educación Vial es un asunto que cuenta con el respaldo de la comunidad educativa y de las familias de Pozuelo », señaló. La primera edil también destacó los trabajos de los alumnos, «reflexiones cargadas de mensaje que nos ayudan a avanzar, gracias a vuestro talento y a vuestra imaginación en la puesta en marcha de iniciativas que nos hagan mejores peatones y mejores conductores».

 

Colectivos con capacidades diferentes

Emotional Driving ha buscado siempre a los mejores socios colaboradores. En el caso del colectivo de personas con capacidades diferentes, Gonvarri va del brazo de la Fundación Real Madrid. Una entidad cuya misión es construir puentes de cooperación entre la sociedad y los chicos y chicas con discapacidad intelectual. Como señala su presidente, Julio González Ronco, se trata de que reciban formación en valores desde la práctica deportiva; valores como el respeto, la autonomía o la seguridad vial.

En escuelas especiales, realizan sesiones de fútbol inclusivo y de baloncesto adaptado que contribuyen a introducir conceptos complementarios a la práctica deportiva. La formación integral a través del deporte. Yendo un paso más allá, la Fundación Real Madrid se ha aliado con Emotional Driving para que estos chicos y chicas reciban también formación en educación vial, con el objetivo de mejorar su autonomía, su autoconfianza y su nivel de integración social.

En estas clases, por ejemplo, los alumnos aprenden a guiarse con las señales y semáforos o a cruzar la calle correctamente y se les enseña a ayudar a personas que necesiten ayuda. Más de 1.000 beneficiarios, con diferentes discapacidades, participan en esta actividad. Las mascotas de la Fundación, Valorcito o Valorgol, son las encargadas de transmitir estos valores, concienciando a los alumnos de la importancia de la seguridad vial y de su participación activa en ella.

Las actividades de educación vial que realizan son, además de didácticas, muy entretenidas, planteadas como un juego, y están siempre adaptadas a los alumnos con mayor dificultad de movilidad. Por supuesto, las que más éxito tienen son las actividades deportivas; por ejemplo, un partido de baloncesto marcado con las diferentes señales de tráfico, como la de «prohibido tirar», «cambio de sentido» o «stop». También se trabaja la velocidad en una actividad donde los alumnos avanzan botando el balón en dirección a la canasta; si Valorcito les enseña la señal de 120 Km/h, deben seguir botando y avanzando; si es la señal de STOP, deben detenerse.

Otra actividad muy divertida es la de circular en pareja: consiste en realizar pases y conducciones recorriendo un circuito diseñado con señales de tráfico, semáforos y pasos de peatones. Las actividades giran alrededor del concepto de carnet por puntos, que aquí se convierte en el Carnet de Maestro Vial. Un instrumento motivador que no resta puntos, solo suma. Durante las diferentes sesiones, y en cada una de las actividades, los chicos y chicas van sumando puntos que evalúan el grado de aprendizaje, el interés mostrado, el desempeño de la actividad y la capacidad de ayudar al compañero. La suma total de los puntos corresponde a su nivel de autonomía a la hora de desenvolverse en la vía pública. De este modo es más fácil obtener una valoración inmediata, y se establecen tres categorías: Maestro Vial de Bronce, Maestro Vial de Plata y Maestro Vial de Oro, que reciben con orgullo y entusiasmo los alumnos que hayan completado con éxito todas las dinámicas.

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